Un 6 de Marzo de 1966 comenzaba a funcionar en nuestra localidad una institución fundamental para la educación de cientos de jóvenes que, hoy como ayer, continúan transitando sus aulas.
El Instituto Privado "Lucio V. Mansilla" de Caleufú, se creó, como muchos de los colegios secundarios de los pueblos de La Pampa, por iniciativa de su comunidad, de los vecinos que querían un futuro mejor para sus hijos y por eso se movilizaron en pos de que los egresados de la escuela primaria pudieran continuar sus estudios de nivel medio sin irse de la localidad.
Justamente desde el año 1964, con motivo de la conformación de la Comisión de festejos por las bodas de oro de la Escuela N° 75, presidida por Florentino Ullan, comenzaron a gestarse las primeras ideas sobre la creación del colegio.
Si bien se hicieron gestiones para que fuera de orden nacional o provincial, esto no fue posible, y se continuó con la idea de que fuera bajo la órbita de la enseñanza privada.
Esto se da en un contexto en el que las políticas educativas gestadas a nivel nacional le dieron un impulso a la educación privada con la creación de la Subsecretaría Nacional de Enseñanza Privada, conocida como SNEP.
El fortalecimiento de la enseñanza privada permitió el surgimiento de nuevos establecimientos de estas características en la provincia. Es que sus habitantes, conscientes de la necesidad de extender los estudios de sus hijos, encontraban en ese ámbito la posibilidad que no era asumida por el Estado.
La comisión Pro-Ciclo Básico, visitó los pueblos vecinos para interiorizarse de los requisitos necesarios para poner en marcha el establecimiento educativo. En este proceso fueron importantes los apoyos recibidos de parte de la Sra. Teresa de De La Mata y de la Srta. Andrea Castro, quienes les indicaron los trámites a seguir.
La decisión estaba tomada y había tenido consenso en el pueblo, de tal modo que el capital inicial para la instalación del colegio lo constituyeron los cincuenta mil pesos que habían quedado como excedentes de los festejos de las Bodas de Oro de la Escuela N° 75.
En octubre de 1965 se conforma la primera Comisión Directiva que estaba presidida por Florentino Ullán e integraban como Vicepresidente Celestino Irrazábal, Secretario Fel Martini, Prosecretario Eduardo Ares, Tesorero Idilio Abraham, Protesorero Celestino Daniel, Vocales Titulares: Luis Bruni, Néstor Bauducco, Henry Assone, Juan Carossia, Héctor Corral y Oscar Coito, Vocales Suplentes: Eduardo Blanc, Walter Giraudo y Mariano Schieda, Revisores de Cuentas: William Galcerán y Aldo Baudino.
LOS PROBLEMAS QUE DEBIERON AFRONTAR
Todos estos vecinos debieron sortear los inconvenientes que significa poner en funcionamiento un colegio secundario. Además de las cuestiones de internas políticas locales, se presentaron problemas tales como el local para funcionar, designación del personal, nombre del colegio, etc., que eran tratados hasta altas horas en reuniones que se realizaban en las casas de algunos de quienes integraban la comisión.
De esas reuniones surgió el nombre de “Instituto Privado Lucio V. Mansilla” en honor a quien fuera el autor de "Una excursión a los indios ranqueles".
Es interesante tomar contacto con el estatuto de la constituida “Asociación Civil Instituto de Enseñanza Secundaria Lucio V. Mansilla” que fue aprobado en 1966 y analizar los objetivos por los cuales fue creada, que decían:
“...a) sostener, dirigir y administrar el instituto privado que lleva su nombre creado por voluntad del vecindario de Caleufú y su zona rural, en asamblea realizada en la misma localidad, con el propósito de elevar cultural, moral y espiritualmente a la juventud del medio ambiente.-(sic) b) propender por todos los medios a su alcance a obtener por parte de las autoridades nacionales y/o provinciales el carácter de “ESTABLECIMIENTO ADSCRIPTO A LA ENSEÑANZA OFICIAL” y su posterior oficialización.- c) hasta tanto se concrete el propósito enunciado en el inciso b) el Instituto funcionará como establecimiento LIBRE impartiendo gratuitamente a los alumnos inscriptos, la enseñanza correspondiente y ajustando su cometido a las reglas y normas dictadas por el Ministerio de Educación de la Nación para los establecimientos privados, observándose muy especialmente las disposiciones del Reglamento General y de la Ley 13047 del 4 de octubre de 1947 y su decreto reglamentario N° 40.471 del 23 de diciembre de 1947...”. A continuación se comprometían a crear nuevos cursos si fuera necesario y a dotar al Instituto de los elementos necesarios para impartir enseñanza. Además, a “...prestar ayuda a los alumnos de recursos insuficientes que por su consagración se hagan acreedores a ella...”.
Y en relación con esto, los recursos de la Asociación se componían de las cuotas mensuales de los socios activos y protectores y las donaciones que podrían recibir.
Está claro que iniciar las clases no fue fácil, pero hubo un trabajo previo que consistió en consensuar el “para qué” del colegio, lo que quedó dicho en los objetivos planteados en el estatuto y en la referencia a que fue producto de la voluntad del pueblo expresada en asambleas.
La decisión de que formara parte del sistema educativo quedó firme y es así que se disponen a designar a directivos, profesores y personal administrativo; el 25 de julio de 1967 por Disposición N° 449 se incorporó a la enseñanza oficial. Ya desde fines del año 1966 la Asociación tenía personería jurídica provincial por decreto del Poder Ejecutivo N° 1130/66.
Las actividades se iniciaron en 1966, se designó al director y al personal administrativo. El primer Rector fue el médico Imre Kertesz, quien tuvo a su cargo el funcionamiento del Instituto.
El primer representante legal fue Guido Mercurio, designado en 1967, quien no sólo tuvo que llevar adelante las gestiones ante los organismos oficiales, sino que también cumplió funciones de asesoramiento pedagógico y otros aspectos, todo lo cual hizo que tuviera un reconocimiento en la localidad.
Las clases se iniciaron con veintisiete alumnos en el salón de actos del viejo edificio municipal que funcionaba como aula y además fue dividido para que pudiera usarse también como oficinas de la rectoría y de los preceptores.
Mas adelante ese edificio sería cedido sin cargo por el intendente Avalis y refrendado por el gobernador de entonces de La Pampa, contralmirante Elvio Gouzden. Con el correr de los años se fue refaccionando y mejorando para que las clases se dictaran en un lugar apto para la enseñanza y de acuerdo a las condiciones exigidas.
Fuente: "Transitar las Corrientes de la Memoria, Caleufú 1911-2011"
